Con la entrada en vigencia de la nueva entidad pública, tendremos que pagar de nuevo, por un servicio que ya estaba pagado, por sustancial que sea la baja de comisiones que logre el administrador estatal.
La reforma previsional propuesta por el gobierno se basa en estos 7 puntos:
1. Se aumenta el monto de la Pensión Garantizada Universal (PGU).
2. Se crea un nuevo componente del seguro social, financiado por los empleadores, de 6%, en el que se registrarán todos los aportes en cuentas personales y contempla compensaciones significativas para las mujeres.
3. Las AFP se terminan. Existirán nuevos gestores de inversión privados y una alternativa pública.
4. La reforma mantendrá la herencia, respetando la voluntad de las personas.
5. Todo el servicio de atención para los afiliados y afiliadas, la recaudación de cotizaciones, cartolas, pagos de pensiones, cobranza, será centralizado en una entidad pública sin fines de lucro, lo que permitirá una baja sustantiva de las comisiones que pagan los afiliados.
6. Para rentabilizar los ahorros individuales, se podrá elegir entre un inversor público o actores privados.
7. La reforma mantendrá la propiedad individual del aporte del trabajador/a, respetando la voluntad de las personas.
Solo dos de estos puntos (1 y2) podrían mejorar las pensiones. Los restantes destruyen el actual sistema sin que los trabajadores afiliados percibamos ningún beneficio respecto de la situación actual. Al contrario, perderemos la libertad de elección de multifondo, estaremos obligados a optar por rentas vitalicias perdiendo control sobre el destino de nuestros ahorros de toda una vida y, peor aún, perderemos los servicios de administración de fondos que ya hemos pagado en forma anticipada a nuestras AFPs.
¿Comisiones sobre aporte o sobre el saldo?
Un administrador de fondos tiene dos formas diferentes de cobrarte por la gestión de tus inversiones: las comisiones sobre los aportes y las comisiones sobre el saldo.
Las comisiones sobre los aportes son un porcentaje fijo que se cobra sobre cada aporte que se realiza en la cuenta, independientemente del saldo total de la cuenta. Por ejemplo, si una cuenta cobra una comisión del 14,5% sobre los aportes y se realizan depósitos de $70.000 mensuales, se cobrará una comisión de $10.150 por cada uno, $121.800 al año, independientemente del saldo total de la cuenta.
Por otro lado, las comisiones sobre el saldo se calculan como un porcentaje del saldo total de la cuenta en un momento determinado. Por ejemplo, si una cuenta cobra una comisión del 1% sobre el saldo total de la cuenta al final de cada año, y el saldo total al final del año es de $840.000, se cobrará una comisión de $8.400.
A primera vista pareciera más conveniente para el cliente la comisión sobre el saldo. En el ejemplo, el primer año pagaría $8.400 comparado con $121.800 si pagara comisión sobre los aportes.
Pero la trampa del gambito está en el tiempo. En el largo plazo el cliente llega a pagar 1,4X, 3,5X y 4,2 veces más comisiones en la modalidad sobre saldos, para rentabilidades anuales de 0%,4% y7%, respectivamente.
Con un 4% de rentabilidad anual desde 12° año conviene la comisión sobre aportes. Uso las comisiones de 14,5% sobre aportes y 1% sobre saldo que se aproximan a las más altas comisiones cobradas por las AFP para aportes obligatorios y saldos voluntarios.
Esto se produce porque en la modalidad de comisión sobre cada aporte, este pago es único por la administración de ese aporte por tiempo indefinido.
Dicho de otra manera, todos los aportes de más de 10 millones de trabajadores realizados hasta antes de la entrada en vigencia de la reforma propuesta ya tienen pagada su comisión de administración. Con la entrada en vigencia de la nueva entidad pública, tendremos que pagar de nuevo, por un servicio que ya estaba pagado, por sustancial que sea la baja de comisiones que logre el administrador estatal.
Adicionalmente, las AFP que parecían las más afectadas, se liberan de un enorme pasivo: la prestación del servicio de administración de los fondos que ya habían cobrado.